miércoles, 30 de noviembre de 2016

EL NARIGÓN Y EL TUCÁN

La característica que en este es defecto en aquel es virtud. El silencio que en el sabio se alaba se tacha de ignorancia en el sosaina. Así lo siente Alacrón en esta fábula titulada El narigón y el tucán:


«¡Narizotas, narizotas!»,
se mofa aviesa y mordaz
toda la chiquillería
cuando avista a don Tomás,
un vecino cascarrabias
que era de napias tomar.
«¡Ya os daré yo para el caldo!»,
amenaza el carcamal
y entra en la pajarería
por alpiste. Cuando está
entre tanto pajarraco
y entre tanto gorjear,
don Tomás no da importancia
a aquel burdo quién da más
de vituperios y burlas,
pues los palos y la edad
lo han resignado al volumen
de su apéndice nasal.
Pero le crispa los nervios
ver a un pomposo tucán
que exhibe un pico que llega
desde Creus a Trafalgar
y que, lejos de achantarse,
está expuesto en el cristal
de la tienda. Para colmo,
tiene un serrallo simpar
con tres o cuatro tucanas
que lo llaman majestad.
Don Tomás, un día de éstos,
lo tiene que estrangular.
Porque sienta mal que el punto
que en ti tachan de lunar,
en otro lo llamen sol
y lo traten como a un zar.



martes, 29 de noviembre de 2016

La alegría y el tiempo

Alacráneo, siempre tan optimista:

La alegría es un cebo
que el tiempo pone
a fin de que corramos
aún más veloces.
Y en plena risa,
nos pone a cada uno
la zancadilla.


lunes, 28 de noviembre de 2016

Escobas

Histeriador trae hoy a colación un lugar común en tantos chistes y tópicos matrimoniales:

—Siempre pienso en mi maruja
con una escoba. —¿Qué pasa?
¿Que es muy buena ama de casa?
—No, ¡qué va! Muy buena bruja.



sábado, 26 de noviembre de 2016

Día festivo. Un soneto imaginario

Hoy os deleito con unos deliciosos versos escritos por Gonzalo Torrente Ballester, incluido en su memorable novela La saga/fuga de J. B.. Los novelistas no suelen meterse a poetas, pero cuando lo hacen, los resultados pueden llegar a ser tan asombrosos como este soneto, escrito en un trepidar de corazón y en un temblar de espíritu que conmueve las más sensibles entrañas de los espíritus refinados:

Velmá, nora tilvó, noscamor leca 
Fos madele se gáspel ganco cía 
De prasla xelvetá regal betía 
Mor ásluacan xirgós colpí delbeca.

Banó delcoprapá ventamireca
Vintila mastrilmó liacón quosnía.
Faján madén ilsá malagu'stía
Ibérder espelmer loarey ben neca. [...]

Siento no ir más allá de los cuartetos, pero no puedo seguir copiando: me embarga la emoción.


viernes, 25 de noviembre de 2016

Empatía

Chis nos da un ejemplo de empatía:

Dejar de amar tus bellezas
es más difícil, Inés,
que mirar cómo bostezas
y no bostezar después.


jueves, 24 de noviembre de 2016

La inspiración es intempestiva

El sino del poeta que no vive exclusivamente para sus versos (¡qué pobreza vivir solamente para eso!) es buscar tiempo bajo las piedras para escribir. Eso conlleva que la inspiración te sorprenda paseando por la calle, conduciendo por la autovía o intentando conciliar el sueño. Viperio resume en este serventesio en qué consiste el reto de la inspiración:

Cuando yo escribo, para seros franco,
empleo una estrategia bien distinta:
al desafío del papel en blanco,
opongo el del bolígrafo sin tinta.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (X y fin)

El Tío Sam corona sus consejos con una despedida afable y casi paternal a todos aquellos que se sientan sobrinos suyos (que, por cierto, cada vez son más numerosos):

Por último, sobrino, jamás temas
el castigo de Dios, que nunca toca,
aunque ya sé que en tu interior blasfemas
cada vez que lo mientas con la boca.
Tú evita más el bien que la blasfemia,
y advierte que en el mundo en que vivimos
Dios no castiga, mas tampoco premia;
así, su Cielo vasto
no es una recompensa, sino un gasto.

Id, pues, sobrinos, convirtiendo en primos
a todos los hermanos. Que la guerra
sea con vosotros. Que el dinero os siga
allá donde robéis; y que la liga
con que os unió el Diablo en esta tierra
desuna a los demás. Dios os bendiga.



martes, 22 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (IX)

El cine es heredero en muchos casos de la propaganda épica que desempeñaron en su día los cantares de gesta, enalteciendo hasta lo inverosímil las hazañas de Cides llamados, por ejemplo, General Custer o John Rambo. En el Despacho Oval siempre se ha tenido un gran ojo para sacar rendimiento al séptimo arte:

Sobrino, aprende que la propaganda
más eficaz para alcanzar tus fines
reside en la taimada “dictablanda”
presente en las taquillas de los cines.
Cualquier torpe invasión, cualquier batalla
podrá justificarse en la pantalla.
Y ten en cuenta que la más ridícula
contienda o escaramuza entre dos frentes
se puede convertir en la película
más vista de los nueve continentes
(¿son ocho o nueve? No lo sé; son datos
más propios, pienso yo, de literatos).



lunes, 21 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (VIII)

Alacrón, en sus Consejos del Tío Sam, traza una sucinta historia de los Estados Juntitos y de los variopintos enemigos a los que ha hecho frente (o a los que ha buscado la boca, según se mire):

Importa tener siempre un enemigo
a quien hacer pagar los platos rotos;
busca motivos, que por muy ignotos
que sean, tu país irá contigo.
Con indios, mejicanos y españoles
tendrás para empezar; luego las moles
de Europa y Asia. Y si algún pueblo acaso
la victoria te quita
—pongamos, por ejemplo, el vietnamita—,
disfraza ese revés de falsa gloria
o bórralo ipso facto de la Historia.
Vigila siempre y sobre todo el centro
de tu poder, porque, aunque no lo creas,
el peligro mayor se esconde dentro,
en algunas ideas
de escritores y artistas
marxistas-leninistas-idiotistas.
Como técnica útil de trabajo
que extirpe a esos parásitos de cuajo,
apunta con trivial paternalismo
sus nombres y apellidos en tus listas,
que sepas a quién dar por allí mismo.
Y si desaparecen de tus planes,
siempre nos quedarán los musulmanes.




sábado, 19 de noviembre de 2016

Día festivo: Réquiem por un hombre, de Carlos Murciano

Cada hombre está conectado a los demás a través de sus raíces como especie. Esta conexión pasa a llamarse hermandad cuando las raíces no se ven en la tierra, sino en el cielo. Por eso nos duele la muerte de cada hombre, aunque sea la del vendedor de la tienda donde solo hemos comprado un par de veces. Así lo expresa cabalmente Carlos Murciano en este soneto humanísimo:

Réquiem por un hombre

Hoy se ha acabado Andrés. Vivía, era
un hombre más. Señor, ¿le conocías?
te lo presentaré: carne de días
encerrada en un alma verdadera.

O al revés. Ya no importa. Lo que fuera.
Un hombre, un nombre: Andrés. Señor, ¿decías?
No dices nada. En fin: sus alegrías
estrenan hoy un traje de madera.

¿Sus alegrías? Bueno, si las tuvo. 
Tristeza, más. Me consta y lo comprendo.
Menos o más cerraron una historia.

Porque alguien está ya donde él estuvo,
Carlos, un hombre más, te está pidiendo
que no se borre Andrés de tu memoria.


viernes, 18 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (VII)

Durante el proceso de emancipación de las provincias españolas de ultramar, el proyecto bolivariano inicial era la creación de una gran nación hispanoamericana, proyecto que desbarataron la propia desunión de los libertadores y la astuta intervención del vecino gringo, que se cuidó muy bien de estorbar la aparición de unos Estados Unidos Hispanos que pudieran haber puesto en jaque su hegemonía continental, bien resumida en la doctrina Monroe: «América para los americanos»:

En relación con el vecino hispano,
dale nombre de hijo, no de hermano.
Sé el águila que cuida sus caudales;
cobíjalo con alas paternales
y cúbrelo con tu venal bandera
de estrellas y de barras
para que los que observan desde fuera
no adviertan que lo asfixias con las garras.
Fomenta su sagrada independencia;
remarca en gruesos trazos en el mapa
la línea fronteriza que solapa
la fuerza que atesoran en potencia,
y así, aunque sean muchos, 
no pasarán de ser tus aguiluchos.
Si les toca librarse de opresores,
auspicia democracias con gran bombo
derrocando a los falsos dictadores
que tú impusiste ayer tras el biombo.
Y, en fin, graba en su testa testaruda
que nuestra lima sorda del abuso
es lo que va sin duda
de un hombre ilusionado a un hombre iluso.



jueves, 17 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (V y VI)

Alacrón nos obsequia hoy con dos consejos del Tío Sam, siempre tan pragmático y experto en hacer las guerras fuera de casa: 

                V

Sé siempre la Justicia y su corega,
y emitirás dictámenes expertos
con la ventaja de que aquélla es ciega
y tú tienes los ojos bien abiertos,
abiertos, eso sí, a tu beneficio.
Si algún pupilo díscolo se niega,
igual que un Judas, a acatar tu juicio,
conviértete de juez en estratega
y aplica tu rebenque en su perjuicio.

VI

Procura, si el furor llama a la brasa
y las necesidades al castigo,
de hacerlas en el váter de la casa
de aquél que se convierta en tu enemigo.
Así, cuando éste ceje en tal encono,
recogerá la escoria y tú el abono.




miércoles, 16 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (IV)

El cuarto consejo del Tío Sam registra una estricta observancia no solo en los Estados Unidos, sino en Europa. El inmigrante que llega a un país próspero no sabe cómo va a ser recibido; porque en los países ocurre igual que en las ciudades, tal como decía el harapiento Crispín de Los intereses creados, para el cual en cada ciudad había dos ciudades, no una vieja y una nueva, sino «una para el que llega con dinero, y otra para el que llega como nosotros». 

En cuanto a aquél que entra y sigue vivo,
conviene ser un poco selectivo,
no en el tabú de si su piel es clara
o sucia. Es más sencillo: considera
que, antes de hallarle tal virtud o tara,
te fijes en la piel de su cartera,
y así será también el de su cara.
Verás que el capital correspondiente
a nuestra rica población foránea
es proporcionalmente
inverso a su pigmentación cutánea.
Mantén tensos los hilos de esta trama
sin menoscabo de tu buena fama.
Al fin y al cabo, todos los mortales
(con la excepción de las personas mancas)
ya trabajen en bancos, ya en bancales
mostramos, al pedir, las manos blancas.



martes, 15 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (III)

Sigue Alacrón con sus Consejos. Este tercera exhortación parece que viene a pelo de los tres millones de hispanos que pretende expulsar de su tierra de promisión:

Sobrino, es necesario que calibres
qué puede reportarte el forastero
que busca en este suelo aventurero
el vasto asilo de los hombres libres.
Si quieres concederles nuevo amo,
nunca reveles a la gente fatua
que acude a ese reclamo
que aquí la Libertad sólo es la estatua.


lunes, 14 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino (II)

Alacrón continúa con sus Consejos del Tío Sam a su sobrino con la segunda exhortación de su primoroso decálogo:

Desprecia las pasadas monarquías
del Viejo Continente
y aprende que las grandes utopías
se cumplen en tu tierra solamente;
pues allá era el antojo de unos reyes
legitimados por la sangre de otros
el que imponía o derogaba leyes;
en cambio, el que maneja entre nosotros
las riendas de tan virgen democracia,
es Presidente sólo por la gracia
de Dios, y por haber violado a oscuras
a la Demócrata Doncella sin
haberla desflorado en el trajín.



sábado, 12 de noviembre de 2016

Día festivo: un poema sobre Tolkien, de J. M. Ibáñez Langlois

Para quien quiera saber lo que es la prosa vil, lo que es la antipoesía, nada mejor que sumergirse en el cosmos del misterio, la poesía y la belleza, como hace el chileno José Miguel Ibáñez Langlois en sus Poemas dogmáticos (¡Ay, Tolkien, cuánto daño has hecho!):

RETORNO 
Cada vez que entro al mundo de Tolkien 
y tiemblo bajo el vuelo de los siete Nazgul 
y oigo hablar y cantar a los pueblos en élfico 
y miro hasta el fondo de los ojos de la Dama Galadriel 
y estoy bajo la acción a distancia del Señor Oscuro y sus palantir 
y soy un atrevido hobbit que etcétera etcétera 
confieso que me da un dolor de cabeza horrible 
volver al siglo xx y leer El Mercurio 
la política nacional e internacional 
oír el heavy rock de los muchachos del frente 
que se creen satánicos y son cretinos.

(Oficio, de J. M. Ibáñez Langlois, 

en selección de Enrique García Máiquez)


viernes, 11 de noviembre de 2016

Consejos del Tío Sam a su sobrino

Alacrón me pide que incluya en mi almanaque uno de sus aguijones más gruesos y nocivos, uno que ha titulado Consejos del Tío Sam a su sobrino. Con ocasión del huracán Trump y la fascinación informativa que, cada vez con más arraigo, nos producen los procesos electorales del país que nos robó Cuba, Puerto Rico y Filipinas, he decidido dosificar el alacrán de Alacrón en diez pinchazos que irán saliendo según el ivento sople. Dedicado a los nietos de la pérfida Albión:

A falta de raíces que cimienten,
sobrino mío, tu precaria historia,
atiende a estos consejos que te orienten
si no hacia la virtud, hasta la gloria.

I

Busca ante todo, como gran tarea,
no más que tu provecho monetario,
pero de forma que el vecino crea
que haces justamente lo contrario.
Para quien tiene que partir de cero,
el vicio es un atajo hacia el dinero,
aunque esta circunstancia, bien mirada,
no es más que una virtud exagerada.
E incluso puedo demostrar, sobrino,
que más me acerco al serafín que al ogro
por la manera que, de logro en logro,
ayudo a completar el plan divino:
si Dios creó con sabia maravilla
la luz, yo la atrapé con la bombilla;
hirió con fuego a la ciudad sodómica
y yo lo mejoré en la bomba atómica;
y su anticuada condición de eterno
Señor Omnipotente
la convertí en el cargo más moderno
de Señor Presidente.




jueves, 10 de noviembre de 2016

Lectoras

Si se hiciera una estadística de lectura, las cifras arrojarían una mayoría de lectoras sobre lectores. De hecho, existen ciertos subgéneros como el de la novela rosa que solo se sostienen sobre el público femenino. Por eso dice Ponzoñón:

Tan dadas a la lectura
son ellas tras sus quehaceres
que ¿habría literatura
si no existieran mujeres?


miércoles, 9 de noviembre de 2016

La pareja ideal

Histeriador nos pinta aquí la pareja ideal:

Tanto los dos se querían 
que, en todo su convivir,
nada más que discutían
al ponerse a conducir.






martes, 8 de noviembre de 2016

EL PATO, EL CASTOR Y EL ORNITORRINCO

He aquí una fábula de Alacrón. A ver si más de uno se siente identificado:

Empolló una ornitorrinca
cinco huevos dos semanas,
tras las cuales sintió ganas
de buscarse qué yantar.
Salió, ya ves, diez minutos,
lo que tardó el desayuno,
mas lo justo para que uno
comenzase a eclosionar.
Como el nido estaba en cuesta
junto a la orilla de un río,
y el huevo, al nacer bravío,
se salió de su nidal,
rodó barrizal abajo
cual por un carril de sebo
y, sin salirse del huevo,
llegó a un lago de cristal.
Apenas se hubo deshecho
de su cáscara, vio a un pato
que también llevaba un rato
saliendo del cascarón.
Y cerca de la ribera,
vio a un castor que, algo aturdido,
parecía haber nacido
en el mismo pelotón.
Cuando los padres de ambos
llegaron, dieron un brinco
al ver un ornitorrinco
como hermano de los dos.
Y escrutaron vacilantes
su ambigua fisonomía
preguntando: «Y esta cría,
¿de quién es hija, por Dios?».
Pero al verlo tan deforme
si bien falto de socorro,
se endilgaron el cachorro
mutuamente y con desdén.
Los castores lo arrumbaron
por su pico y sus zapatos,
y por su pico los patos
lo despreciaron también.
Menos mal que al poco rato,
llorando como un bendito,
el pobre ornitorrinquito
halló a sus padres por fin.
Pero ¿qué es de los poetas
que ni en su obra preciosa
ni en esta vida de prosa

hallan descanso a su esplín?