Alacrón continúa con sus Consejos del Tío Sam a su sobrino con la segunda exhortación de su primoroso decálogo:
Desprecia las pasadas monarquías
del Viejo Continente
y aprende que las grandes utopías
se cumplen en tu tierra solamente;
pues allá era el antojo de unos reyes
legitimados por la sangre de otros
el que imponía o derogaba leyes;
en cambio, el que maneja entre nosotros
las riendas de tan virgen democracia,
es Presidente sólo por la gracia
de Dios, y por haber violado a oscuras
a la Demócrata Doncella sin
haberla desflorado en el trajín.
Yo soy monárquico, demócrata y español. Que eso parece que cuesta decirlo en este país en el que vivimos.
ResponderEliminarPues dicho queda, pese a tantos.
EliminarReyes y presidentes, todos van a lo suyo.
ResponderEliminarLos mismos perros, con diferentes collares.
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