Anoche volví a ver Don Juan Tenorio, pero esta vez lo hice con mis hijos, para que vieran de otra manera estos halloweenizados días de noviembre. Como la obra de Zorrilla es pura poesía y excelente y sonora versificación, no me resisto a transcribir aquí no el famoso ¿No es cierto, ángel de amor? de don Juan, sino la respuesta que da la cándida doña Inés a tales requiebros, respuesta que, según el propio Zorrilla, es de lo mejor que salió de su fecunda y generosa pluma:
Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad por compasión,
que oyéndoos me parece
que mi cerebro enloquece
se arde mi corazón.
¡Ah! Me habéis dado a beber
un filtro infernal, sin duda,
que a rendiros os ayuda
la virtud de la mujer.
Tal vez poseéis, don Juan,
un misterioso amuleto
que a vos me atrae en secreto
como irresistible imán.
Tal vez Satán puso en vos:
su vista fascinadora,
su palabra seductora,
y el amor que negó a Dios.
¿Y qué he de hacer ¡ay de mí!
sino caer en vuestros brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?
No, don Juan, en poder mío
resistirte no está ya:
yo voy a ti como va
sorbido al mar ese río.
Tu presencia me enajena,
tus palabras me alucinan,
y tus ojos me fascinan,
y tu aliento me envenena.
¡Don Juan! ¡Don Juan!, yo lo imploro
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame porque te adoro.
Simplemente sublime. Esto es lo que hay que enseñar a todos los niños en los colegios.
ResponderEliminarY no canciones del folclore inglés.
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