Viperio dedica este aguijón para los extranjeros que se quiebran la cabeza para saber cómo demonios distinguir esa dicotomía única que establece el español entre los verbos ser y estar. Es el epitafio de un lingüista:
Si alguno quiere lograr
distinguir estar de ser,
que venga a mi nicho a ver
que mi salita de estar
no es mi salita de ser.
Es la riqueza del castellano.
ResponderEliminarRiqueza indescriptible.
Eliminar¡Con lo fácil que es!
ResponderEliminarA mí me encanta eso de «Ni son todos los que están ni están todos los que son».
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