Alacráneo, en un lunes primerizo de septiembre, pone el dedo en la llaga de los resacosos dominicales, en una evocación del ilustre «Estos, Fabio, —¡oh dolor!— que ves ahora…», de Rodrigo Caro:
Los restos del trasnoche en la cocina
transmiten la tristeza de una ruina.
O de dos, según se mire.
ResponderEliminarCuestión de perspectiva.
Eliminar¡Para que luego digan que invitar a muchos amigos es todo un placer...!
ResponderEliminarEs un placer, sobre todo cuando los amigos se quedan a recoger.
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