Alacrón rinde hoy homenaje a uno de los animales más tiernos y más vilipendiados de la Creación. Sesuda refelxión la de este alacrán:
Humilde borrico
de orejas enhiestas,
pelaje pardusco
y mansa tristeza,
¿qué cuenta la historia
sobre tus proezas?
¿Se burla o te alaba?
¿Te elogia o se befa?
Aquel que te tilde
de bruto o de bestia
no sabe qué dice,
no sabe qué piensa,
que están de vosotros
las historias llenas,
desde Babilonia
hasta nuestra era.
Mirad a Apuleyo,
que en época vieja
rebuznó en latín
todas sus miserias.
También hubo burros
en las tierras griegas,
que el rey Midas tuvo
tus lindas orejas.
Y en leche de burra
se bañó la reina
que sometió Roma
a sus dos carretas.
Un manso pollino
de alcurnia evangélica
montó Jesucristo
allá por Judea.
¡Mayor peso que ese,
ninguno lo lleva!
Asnos musicales
ha habido en la tierra
que tocan la flauta
y encima les suena.
Y hubo un noble rucio
de estirpe manchega
que, igual que su amo,
de ser simple acémila,
se hizo Rocinante
de alma quijotesca.
O el asno onubense
de carne pequeña,
peluda, suave
(que dijo el poeta)
que cumplió cien años
trotando entre letras.
En fin, mil jumentos
que al cabo demuestran
que en tiempos pretéritos
y en la época nuestra
hay más burros célebres
que grandes poetas.
Aunque nos quieran hacer ver lo contrario, los burros son unos animales fuertes, trabajadores, tiernos y bonitos. Qué habrían hecho nuestros antepasados sin su gran ayuda.
ResponderEliminarY ahora son ellos los que necesitan de la nuestra.
EliminarVivan los burros, que no los rebuznos.
ResponderEliminarCervantes cuenta en el Quijote una deliciosa aventura con los rebuznos.
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